La evaluación psicológica es el primer paso de cualquier actuación profesional en la asistencia a la población, sean quienes sean los destinatarios de la misma: menores, jóvenes o adultos. Dicha evaluación supera con mucho a la simple aplicación de test, puesto que implica la recogida de información suficiente, pertinente y relevante para la comprensión de la situación que se desea mejorar o resolver.
Esto es: la primera meta profesional consiste en la elaboración de una hipótesis explicativa que conlleve, necesariamente, una predicción del futuro tanto si se modifican las circunstancias actuales como si éstas permanecen inalterables.
Denominándose «psicodiagnóstico», «diagnóstico psicológico», «análisis funcional de conducta» o de cualquier otro modo, la realidad es que no se puede ayudar a una persona sin una «valoración acertada» de su situación. Tal valoración implica la necesidad de conocer de manera válida y fiable el mayor número de factores o variables intervinientes: tengan función de «predisponentes» o «de mantenimiento»; bien sean «temporales» o «permanentes» y, correspondan a características de la persona en estudio o de su entorno.
La mejor intervención requiere una evaluación/valoración óptima. Si esto es importante en un taller mecánico (¿cómo si no van a resolver un problema en el coche, si la valoración de su avería es errónea o insuficiente?), en una clínica u hospital (¿cómo van a resolver un problema de columna, si el traumatólogo equivoca el diagnóstico de la vértebra afectada?) tanto más o menos ocurre con la asistencia psicológica.
Si al hacerse cargo de un problema clínico, educativo o judicial, los profesionales establecen una conclusión (hipótesis explicativa) errónea o insuficiente, es muy poco probable (aunque no imposible, desde luego) que acierte en el diseño de un Plan de Acción que permita mejorar o resolver la situación problemática consultada.
De alguna manera, el error en la evaluación afecta negativamente, perjudicando, al usuario del servicio psicológico; sin embargo, no es solamente dicho usuario el perjudicado, sino el propio profesional, quien al no obtener resultados satisfactorios de su intervención sentirá frustración y posiblemente perderá prestigio ante la comunidad donde se desempeña.
Todos conocen el valor del prestigio profesional puesto que son frecuentes los comentarios elogiosos y las recomendaciones entre amigos, conocidos (y ahora redes sociales) y familiares, de mecánicos, pintores, médicos, abogados y otros profesionales de ejercicio liberal. Por otra parte no hay nada peor que el silencio, el ignorar a profesionales que, al menos agradecidos porque no se habla mal de ellos, de su escasa competencia dados sus escasos éxitos, tratan por diversos medios de conquistar una clientela que les permita mantenerse activos.
Llaman la atención profesionales y entidades que utilizan todo tipo de medios de publicidad: anuncios en prensa, radio, boletines, internet, guías,…, año tras año; lo que equivale a considerar que si, después de algunos años de práctica profesional todavía no mantienen una demanda de servicios basada en la competencia demostrada en el éxito de casos tratados, es porque, salvo una mejor explicación, tal competencia es escasa.
A este respecto, cabe considerar que la parte fundamental del trabajo psicológico es el empleo de unas buenas técnicas, de una metodología concreta. Razón por la cual, posiblemente se da una gran acogida a las «nuevas tecnologías», a las «nuevas terapias», dando a entender así que el desempeño profesional no es tan exitoso como se desearía, dada la insuficiencia de los métodos empleados con anterioridad.
La paradoja viene representada por la gran cantidad de estudios que ponen de manifiesto que el éxito de diversas técnicas psicológicas es relativo (consúltese la bibliografía al respecto publicada por el Dr. Larry Beutler (2015); esto es: todas las técnicas tienen un porcentaje de éxitos y otro de fracasos.
En el análisis de la práctica diaria, cuando un profesional experto (con años de experiencia) supervisa a un profesional novel (que se inicia en el desempeño profesional) lo que se encuentra de manera sistemática en la práctica novel son numerosos errores en el evaluación del caso en tratamiento y no tanto en errores en la selección o aplicación de técnicas de intervención psicológica.
Por ello, se considera de la máxima importancia adoptar un procedimiento de evaluación de los problemas psicológicos que optimice la elaboración de hipótesis explicativas y predictivas de todo tipo de problemas psicológicos.
Un procedimiento tal, requiere la selección adecuada de instrumentos de evaluación (test psicométricos o conductuales; bien sean éstos escalas, inventarios, registros, cuestionarios, u otros) así como una sólida formación y adecuada supervisión en el uso: aplicación, corrección y valoración de los resultados obtenidos con tales instrumentos.
Con la finalidad de servir de ayuda a los profesionales que carecen de los suficientes conocimientos y/o recursos técnicos para seleccionar los instrumentos más adecuados para su práctica profesional, hemos solicitado la cooperación de diversos Expertos Nacionales e Internacionales para que, integrados en un Comité de Confianza, elaboren criterios, guías e informes de valoración de diversos instrumentos disponibles en el mercado profesional.
De manera progresiva se irán incorporando a este sitio web estos documentos, de manera que los asociados y otros profesionales puedan tener en consideración dichas valoraciones (debidamente argumentadas) y tomar decisiones sobre su empleo en unos u otros procesos de evaluación psicológica. Agradeceremos se nos comunique cualquier error o deficiencia que pueda detectarse en cualquiera de estos documentos.
Asimismo, quienes tengan interés en someter a consideración de este Comité algún instrumento en concreto pueden solicitarlo dirigiéndonos un e-mail con los datos pertinentes.
Clasificaremos los diversos instrumentos en las siguientes categorías:
1. Test Psicométricos 2. Test Conductuales 3. Inventarios
Puedes acceder a las valoraciones de instrumentos haciendo “click ” en el icono siguiente…