Una de las mayores demandas de los estudiantes de Grado en Psicología consiste en conocer cuáles son los métodos, técnicas y estrategias que pueden resultarles más útiles en su desempeño profesional.
Las ofertas formativas de diversas escuelas psicológicas son muy amplias y periódicamente aparecen nuevas propuestas metodológicas: psicoanálisis en todas sus modalidades, terapias guestálticas, técnicas «humanistas», planteamientos «rogerianos», terapia cognitivo-conductual, terapias cognitivas, terapias musicales, terapias de grupo, aromaterapia, danzaterapia, constelaciones familiares, flores de Bach, terapia racional-emotiva, bio y neurofeedback, terapia de «activación conductual», terapias de movimientos oculares, masaje sensitivo, terapia de aceptación y compromiso, psicoterapia analítica funcional, terapia de conducta dialéctica, terapia cognitiva con base en Mindfulness, …
La pregunta generalizada, dirigida al profesorado universitario a quien se presupone conocedor de estas modalidades de intervención psicológica y con acceso a los resultados de investigaciones rigurosas sobre su eficacia en diversos casos o situaciones, consiste en lo siguiente: ¿en qué debo prepararme? ¿qué formación debo buscar para ser un/a profesional eficaz?.
La información de las diversas entidades, escuelas y asociaciones, no es neutral ni independiente. No se fundamente en estudios rigurosos y bien planteados, sino en una persistente y machacona publicidad que, en algunos casos no es otra cosa que mera «propaganda«.
Por otra parte la búsqueda de estas respuestas no siempre está desprovista de prejuicios por el estudiante. A saber: en ocasiones se da una predisposición favorable a aceptar o rechazar ciertos tipos o modalidades de práctica profesional. Por una parte, entre quienes provienen de un bachillerato de «letras» se da una mayor predisposición a adoptar tipos de intervención de menor base empírica, más «filosóficas». En cambio, quienes ya han ido formando una manera de pensar racional y rigurosa, con predominio del pensamiento matemático y de la biología, la física y la química, rechazan con más frecuencia las intervenciones basadas en modelos no empíricos, adoptando un punto de vista más predispuesto a orientar su formación por modalidades profesionales de mayor rigor conceptual y metodológico. El mejor ejemplo de esto lo representa el interés o aprecio que se despiertan los test proyectivos (Familia, HTP, Colores, Fábulas de Düss, TAT, CAT,…) o los psicométricos y conductuales (Test de Aptitudes, Habilidades intelectuales, Atencionales, Ansiedad, Estrés, Habilidades Sociales, …).
Para ofrecer algunas respuestas a estas cuestiones, mediante sus consultas dirigidas a nuestro correo (ver página de portada), iremos incluyendo documentos o enlaces a documentos que acreditan la mayor evidencia empírica sobre determinadas técnicas o estrategias basadas en los correspondientes modelos conceptuales.
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«Psicología clínica basada en la evidencia» (Dr. Enrique Echeburúa, 27 de julio de 2013)
Psicología Basada en la Evidencia (Darío Díaz Martín)