19/05/2019

Métodos y Técnicas de Intervención

Un principio bien establecido en Psicología es que cada teoría o modelo que pretende explicar el funcionamiento humano (véase que no hablamos de la “conducta humana”) genera unas técnicas, métodos o procedimientos diferentes, para aplicar con “clientes”, “pacientes” o “usuarios” de los servicios psicológicos.

A lo largo del siglo XX se desarrollaron teorías diferentes que dieron lugar a las llamadas “escuelas psicológicas”. Resulta sorprendente el énfasis de los investigadores y profesionales de la Psicología en el carácter “científico” de la Psicología y la condescendencia con estas numerosas “escuelas y modelos psicológicos”, que el Código Deontológico español impide “criticar” bajo amenaza de castigo…

Tal parece que la Psicología es la única ciencia que puede explicar el mismo fenómeno de maneras diferentes y todas igualmente “aceptables”.

En el mundo científico: biología, geología, medicina, ingeniería, astronomía, …, un hecho así sería impensable. La ciencia es ciencia en tanto en cuanto las aportaciones que realiza a la sociedad se basan en el método científico y dicho método sólo admite el progreso sustituyendo teorías y modelos que se han demostrado falsas (método de falsación de una teoría) o no corroboradas mediante el dicho método.

Sin embargo, el empecinamiento en no abandonar teorías y modelos que se han utilizado cuando eran las mejores disponibles en un momento dado del desarrollo de una ciencia, lleva a muchos investigadores (mundo universitario) y profesionales (mundo “real”) a publicar artículos que constituyen estudios de eficacia de diversas técnicas y procedimientos.

Ni que decir tiene que cada investigador procura “apañar su investigación” de modo que proporcione los resultados que desea. Esto es: que avale sus puntos de vista. Para ello se realizan estudios que denominan “provisionales”, “previos”, “aproximativos”,…, con muestras de población escasas, muy sesgadas, contaminadas con otros tratamientos previos, …, en los cuales se llevan a cabo análisis estadísticos muy poco fiables pero que los destinatarios del artículo que finalmente se publica, no se detienen a analizar o carecen de habilidades para detectar los errores o deficiencias del mismo. Un ejemplo habitual en numerosos estudios es comparar un grupo de personas elegidas al azar (lo que llaman “población general”) con un grupo seleccionado de acuerdo a una característica. Este diseño es inaceptable como bien saben los expertos en Metodología, pero que olvidan quienes no trabajan en este campo. En otros casos se utilizan métodos estadísticos inadecuados, tales como análisis paramétricos en medidas de variables que no tienen una distribución normal. Por ejemplo, los niveles de ansiedad. La ansiedad no se distribuye de forma normal en la población, razón por la cual no se pueden hacer análisis paramétricos con sus medidas. De manera análoga es erróneo utilizar la media de una variable cuando ésta es de naturaleza discontinua, como sería el caso de la enuresis nocturna. En lugar de considerar el dato de una media de 2,3 micciones por noche en una semana, resultaría más adecuado considerar la “mediana”, que podría ser de 2 o de 3 micciones. Sin embargo análisis estadísticos de este tipo corresponden a artículos en revistas científicas, comunicaciones y pósteres en congresos e incluso en tesis doctorales “cum laude“…

Incluiremos aquí algunos artículos que pueden consultarse para tomar decisiones sobre el uso de unos u otros procedimientos en intervenciones psicológicas.

Selecting the most appropiate treatment for each patient (Beutler et al., 2015)